Orixás

Orixás

viernes, 23 de marzo de 2012

Obatalá y los Guerreros, un patakí



Obatalá
Obatalá estaba decepcionado del mundo y su gente.
Estaba dispuesto a no hablar nunca más con nadie, pues ya no confiaba en las personas que tanto lo habían maltratado de distintas maneras. 
 Así, se encierra en su cuarto por un tiempo, al cabo del cual decide hacer Ebbó para tratar de remediar la situación de angustia en que estaba. 
Después que había sacrificado un pollo cantón, un gallo, una paloma y un chivo mamón, la sangre corría por el piso abundantemente y se escurría por debajo de la puerta hacia la calle. 
Obatalá vertió agua fresca que junto con la sangre salía fluidamente por debajo de la puerta en la misma dirección. 
 La gente, al pasar, se quedaba asombrada y en vez de entrar a la casa de Obatalá para socorrerlo, comenzaban a gritaban a voz en cuello que Obatalá se había suicidado sin hacer nada más, todo el que pasaba miraba y luego gritaba lo mismo pero no verificaba si era cierto que él estaba en peligro de muerte, aunque veían la sangre escurrirse a borbotones. 
 La noticia de la presunta muerte de Obatalá corrió como pólvora y llegó a los oídos de Eleguá, Ogún, Oshosi y Osun que estaban en el campo trabajando. 
 De inmediato se pusieron en marcha hacia el pueblo. 
Al llegar, vieron que la gente se arremolinaba frente a la puerta de Obbatalá pero ninguno entraba para ver qué pasaba. 
 A duras penas se hicieron paso entre el gentío hasta alcanzar la puerta. Cada uno la empujó con violencia al punto que Ogún, con su fuerza descomunal, la derribó y los cuatro entraron raudos llamando al padre Obatalá. 
Este salió limpio e inmaculado y dijo: “hijos míos, por ser ustedes los que se arriesgaron a llegar primero para salvarme de un posible ataque sin tener miedo de que les ocurriera algo, por decreto serán siempre quienes acudan primero en socorro de todos mis hijos dondequiera que estén y serán siempre los primeros en recibir ofrendas que se hagan en las consagraciones y las iniciaciones.

Fuente: www.proyecto-orunmila.org

lunes, 19 de marzo de 2012

Ossain, O senhor das folhas - Patakie

Hace mucho tiempo un hombre que era cojo, manco y tuerto, pero también poseedor de los secretos de las plantas, sus usos y aplicaciones, así como del lenguaje de todos los pájaros y los animales del monte, vivía en la tierra de los congos.

Su hogar era humilde, y a pesar de que todos le consultaban en busca de remedios para sus males o de alguno de los encantamientos para resolver sus situaciones personales, le pagaban muy poco, por lo que pasaba hambre y sufría todo tipo de privaciones.

Enterado Orula  de la existencia del sabio, ideó incursionar en los tupidos bosques del Congo para encontrarlo. Muchos días caminó el adivino por debajo de inmensos y centenarios árboles que parecían desafiar al cielo con su grandeza.

Al fin, una mañana divisó una choza y se encaminó hacia ella para ver si obtenía algo de comer. Un hombre lisiado y con una voz gangosa, abrió la puerta y lo invitó a pasar, le brindó algunas viandas y un poco de café.

Cuando la vista del adivino se acostumbró a la semipenumbra de aquel lugar pudo divisar cazuelas y calderos llenos de palos y también güiros que colgaban del techo, adornados con plumas de las más diversas aves, ya no le cupo la menor duda: aquel sujeto era el brujo que él estaba buscando.

Hablaron largamente, Orula no podía esconder su enfado por las condiciones miserables en que se encontraba el sabio. Le propuso entonces que fuera a vivir con él en la ciudad de Ifé, donde había grandes palacios, calles entabladas y donde podrían, con sus conocimientos ayudar a la humanidad.

Osain  consintió y le confesó que desde hacía mucho tiempo tenía pensado abandonar aquel sitio pero no había encontrado antes la oportunidad. Desde entonces Osain vivió con Orula, tuvo ropas limpias, comida abundante y fue muy feliz.

Feliz Día Pae Ossanha

Ossanha
Ossanha, es el Señor de las plantas.
Le fué dado este rol, por el Dios Supremo Olodúmare.
Su símbolo, es un asta de hierro  en cuyo extremo superior se ve un ave y está coronado además con siete punteras en forma de abanico.
Según Ifá, el ave representa a Ossanha, como el mensajero que va a todas partes y empolla en la cabeza del santo, para decirle lo que vió.
Sus seguidores, son llamados "curanderos" por su dominio en el conocimiento de las plantas medicinales.

Fuente: Orisas Venezuela

sábado, 17 de marzo de 2012

Exú

Laroyê!


Exu es el más sutil y más astuto de todos los Orixás.
El, aprovecha sus cualidades para provocar malentendidos y discusiones
 entre las personas.
El puede hacer cosas extraordinarias, como por ejemplo, cargar en un colador todo el aceite que compró en el mercado, sin derramar una sola gota!
Exu, puede haber matado un pájaro ayer, con una piedra que lanzó hoy!
Si él se enoja y patea una piedra, esa piedra puede sangrar!
Su cabeza, es puntuda y afilada como la hoja de una daga!
El nada puede transportar sobre ella.
Exu, puede ser muy malo con las personas que se olvidan de homenajearlo!
Es necesario pues, hacer siempre ofrendas a Exu, antes que a cualquier otro Orixá!
El lunes, es el día de la semana que está consagrado a él. Es bueno hacer ofrendas ese día, de farofa, aceite de dendê, cachaça y un gallo negro.


Cierta vez, dos amigos de la infancia que jamás discutían, se olvidaron el lunes de hacer la ofrendas debidas.
Fueron a trabajar al campo, cada cual a su parcela. Las tierras eran vecinas, separadas apenas, por un estrecho cantero.
Exu, enojado por la negligencia de los dos amigos, decidió prepararles un golpe a su manera.
Se colocó sobre la cabeza un bonete puntudo, que era blanco del lado derecho y rojo del lado izquierdo.
Después, fué a donde ambos amigos estaban trabajando y, pasando en medio de ellos, los saludó diciendo:
-¡Buen trabajo,  mis amigos!
Ellos, gentilmente respondieron:
-¡Buen paseo, noble extranjero!
Así que hubo pasado Exú, el hombre que trabajaba del lado derecho, le dijo a su compañero:
-Quién pude ser ese personaje con el bonete blanco?
-Su sombrero era rojo- respondió el de la izquierda 
-No, era blanco, de un blanco de alabastro, el blanco más bello que existe!
-Era rojo, de un rojo escarlata, de un fulgurante
-Era blanco! me tratas de mentiroso?
-Era rojo!, piensas que soy ciego?
Cada uno de los amigos, tenía razón y estaba furioso con la desconfianza del otro.
Irritados, comenzaron a darse golpes de puños, hasta matarse!
Exú, estaba vengado!
Eso no hubiera pasado, si las ofrendas a Exú, se hubieran realizado.
Exú, puede ser el más benevolente de los Orixás, si es tratado con consideración y generosidad.
Hay una manera de obtener los favores de Exú: prepararle un golpe de los mismos que él prepara.
Se cuenta que Aluman, estaba desesperado por una gran sequía.
Sus campos estaban áridos y la lluvia no caía!
Las ranas lloraban de tanta sed, los ríos estaban cubiertos de hojas muertas caídas de los árboles.
Ningún Orixá acudía a los ruegos y oraciones...
Alumna, entonces, decidió ofrecer a Exú, enormes trozos de carne de buey. 
Exú, comió con apetito, sólo que Aluman, había condimentado con mucha pimienta aquella carne, y Exú, tuvo sed...
Una sed tan grande, que no se calmaba con toda el agua que él tenía en su casa y en la de sus vecinos.
Exú entonces, abrió la canilla de la lluvia y la lluvia cayó.
La lluvia cayó día y noche...ella cayó al día siguiente y al siguiente... sin parar...
Los campos de Aluman, se volvieron verdes.
Todos los vecinos de Aluman, cantaban en su honor:


Joro, jara, joro Aluman, 
Dono dos dendezeiros, cuyos cachos são abundantes!
Joro, jara, joro Alumnan, 
Dono dos campos de milho, cuyas espigas são pesadas!
Joro, jara, joro Aluman, 
Dono dos campos de feijão, inhame y mandioca!
Joro, jara, joro Aluman!
Y las ranitas cantaban y croaban, e el río corría velozmente, sin miedo de desbordar!
Aluman, agradecido, ofreció carne de buey a Exú, con tempero y la pimienta justa!
Había llovido bastante. Más, sería desastroso pues, lo demasiado, siempre es enemigo de lo bueno!


Fuente: Lendas africanas dos Orixás.
            Pierre Fatumbi Verger & Carybé.

Un pueblo que preserva su cultura