Oxumaré, era antiguamente un babalawo (un adivino).
El babalawo del rey Oní.
Su única ocupación era ir al palacio real "el Día del Secreto"; día en que daba comienzo la semana de cuatro días de los yorubas.
El rey Oní, no era un rey generoso.
Le daba apenas, una cantidad irrisoria de dinero cada semana y por eso Oxumaré vivía con su familia en la miseria.
El padre de Oxumaré, tenía un bello apellido; lo llamaban: "el propietario del chal de colores brillantes"; pero, tal como su hijo, él no tenía poder.
Las personas de la ciudad, no lo respetaban.
Oxumaré, muy apenado con esta situación, consultó a Ifá.
- Cómo podré volverme rico, conocido, admirado y respetado por todos?
Ifá, le aconsejó realizar ofrendas: un cuchillo de bronce, cuatro palomas y cuatro bolsas de buzios de la costa.
En el momento en que Oxumaré estaba realizando las ofrendas, el rey lo mandó llamar.
Oxumaré respondió: - Pues no, iré cuando termine de realizar la ceremonia.
El rey, irritado por la espera, humilló a Oxumaré, le recriminó su accionar y le retiró sus pagos habituales.
Entretanto, mientras Oxumaré volvía a su casa, recibió un mensaje de Olokum, (la reina de un país vecino) que deseaba consultarlo preocupada por su hijo que estaba enfermo.
No podía mantenerse en pié, se caía, rodaba en el suelo, se quemaba con las brazas ...
Oxumaré, se dirigió entonces a la corte de la reina Olokum y consultó a Ifá para ella.
Todas las dolencias de la criatura, fueron curadas.
Olokum, encantantada con el resultado, recompensó a Oxumaré.
Le ofreció ropas de color azul, hechas con un rico tejido, le dió muchas riquezas, sirvientes, y un caballo, con el que Oxumaré retornó a su casa.
Un esclavo hacía rodear una guarda de sol sobre su cabeza y los músicos cantaban sus logros!
Oxumaré, fué a saludar al rey.
Este al verlo le preguntó: - De dónde vienes? De dónde son todas esas riquezas?
Oxumaré, le contó lo que Olokum le había consultado.
-Ah, entonces fué Olokum quien hizo todo esto por ti!
Movido por la rivalidad, el rey Oní ofreció a Oxumaré unos vestidos de color bermellón y muchos otros regalos.
Así, Oxumaré se volvió rico y respetado.
Oxumaré, no era amigo de la lluvia. Cuando esta aparecía en el cielo, él sacaba su puñal de cobre y rascaba el cielo, abriendo las nubes, y haciendo surgir un arcoiris.
Las personas entonces decían: - Oxumaré apareció!!!
Oxumaré, se volvió muy famoso!
Por esa época, Olodumaré (el dios supremo) aquél que camina en la lluvia, comenzó a tener problemas con su vista y mandó llamar a Oxumaré. El mal de sus ojos, fué curado.
Después de eso, Olodumaré no quiso que Oxumaré volviese a la Tierra.
Desde entonces, Oxumaré vive en el Cielo y solo tiene permiso de bajar cada tres años.
Es durante esos tres años, que las personas se vuelven ricas y prósperas.
Así, uno por uno, se fueron cumpliendo los deseos de Oxumaré.
Fuente: Lendas Africanas dos Orixás.
Pierre Fatumbi Verger
Ilustraciones: Carybé.
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